miércoles, 7 de agosto de 2013

Despedida.



Y entonces, jamás la razón se libró como unn acuerdo verdadero de amor,l jamás se vio un asomo de perdón ni de poder vivir de acuerdo a lo que el sentido común dice como una fiel copia de la luna. No se puede vivir de esta forma, creo que de una vez por todas todo ha terminado.  Ha terminado y se ha fugado una vez más.

Se fugó y no volvió, se fue y no consideró ni siquiera la razón de su amante, ni siquiera el brillo en sus ojos, ni siquiera la luz de enamorada. Que pena se sentía en el tiempo, en aquel entonces.

Es una despedida.

jueves, 31 de enero de 2013

Días y días


Es difícil saber cuándo estás sola y cuándo no...o tal vez no. Tal vez la soledad está siempre acechando las sonrisas de los nuevos escenarios; los actores se quedan pensativos, sin saber qué hacer. Es como un juego en la oscuridad, es como correr en un bosque sin ayuda. Es como darte cuenta que siempre has estado sola.  Es la muerte que llega con la certeza de que queda mucho para el final.

¡Qué final!

Se acerca la pena, y con ella los recuerdos de la niñez solitaria, de la vida que empezaba cada día de una forma distinta. Qué felicidad en aquellos tiempos. El sol se queda en mis pensamientos tal como si en este mismo momento estuviese tocándolo, tal como si aquellos cisnes graznaran dentro de mi alma, recordándome que la pena es una realización de los sueños que agonizan en las estrellas. Estrellas felices que aún no saben lo que la marea les contará al anochecer.

Un anochecer de lujo, varada en la humillante isla del ayer.

¿Y qué hacer luego de darse cuenta de las razones? Callar. El silencio dejará las penas en un solo lugar, y no dejarán más muertos inocentes; no más que los que ya están sufriendo en el campo de batalla, que luchan buscando en algún rincón del cielo un poco de aliento vital, un poco de agua para subsistir, y así entregarle a la muerte un último desprecio.

Eso es, un último desprecio.

Tantas emociones, tantos pensamientos. Y tan pocas noches.

Hoy podría haber sido un día como cualquiera.



viernes, 28 de septiembre de 2012

Guilty



Ahora es la indiferencia, es la presunción, el presentimiento equivocado...un ala rota navegando por un universo estrellado, pero inaccesible. 

He cambiado.

Las manos, aquellos zapatos, siguen vigilando el tiempo, siguen recordando los fantasmas que recorrían los sueños, las pesadillas futuras-las que atolondraban la existencia- y los vestidos rotos.

¿Existe la esperanza sin el amado suplicio?
(Aún se escucha el silencio del piano callando la angustia, la derrota de nunca haberse aferrado a mis manos)

¿Cómo se escucha el alma cuando escuchas gritos constantes de tu mente? ¿Cómo escuchas los sueños si quieres seguir durmiendo? ¿Cómo te vuelves a parar? Movimientos, movimientos, turbulencias, sensaciones inexplicables. El mundo comienza a dar la vuelta.

El universo comienza a dar la vuelta...¿Qué vuelta?

El recuerdo de aquella tarde escribiendo la vida en un pequeño papel blanco, un sueño que se volvería realidad con las manos tomadas en una escalera de piedra, fría como las trampas cósmicas, pero anhelada como un tesoro, como las sombras que se fugaban de los pañuelos y jamás volvían. Un recuerdo se queda en mi cabeza...cierro los ojos, y puedo ver...veo una vez más. ¿Qué vuelta?

Consejos, anhelos, llantos, destinos, música, llantos, angustias, amor, amor, amor, sueños...

¿Qué vuelta?




miércoles, 26 de septiembre de 2012

Rincón



  Como cada mañana me desperté pensando en aquel rincón del mundo en el que iría a morir, un lugar que soñé muchas veces; sueños en los cuales la vida aparecía como un gran torbellino ahogado en sus propias lágrimas. Gran desesperación tuvo la noche durante aquella luna, momento en el cual la luna quiso ahogarse en el mar por milésima vez.

"Ya no hay rencores, hay solo amores, sólo emociones dispersas como estrellas en tus ojos"

Un cisne se enterneció con aquella tristeza y derramó la nieve en el día entero, dejando en claro que la pureza de los ojos sufría mucho más que el alma misma: se derrumbaba, se recogía sobre su pecho a la espera de un mejor vuelo, de la mejor huida.

Mientras tanto, en la distancia, Huidobro recogía el cadáver del último pájaro muerto en algún otro rincón desconocido del mundo.

viernes, 4 de mayo de 2012

En el cielo se deshacen las huídas.-

La gran pregunta al descubrimiento del universo, el gran estímulo de la verdad llegando a un límite insospechado. Como si aquel auto jamás fuese a volver, imaginando un camino gigante, diverso del mundo existente; casi volando por los vientos de la multitud.

Un horizonte comienza a caer.

Otra voz aparece y se reúne con las ya inexploradas amarguras de la desesperación, se impone al viento escarchado de sus ojos, navegando con los gigantes de hierro del amanecer. Gigantes desarmándose como el sigilo, llorando para acariciar una vez las ruinas del templo agonizante.

Y así el sol comenzó a levantarse una vez más.

"No recordarás nada", se dijo a sí misma. El olvido aparece como un ave tratando de caer al vacío con sus alas tan antiguas, con el control de sí misma, pero con las pasiones destartaladas por tantos usos desvariados. "No entiendo", volvió a repetir como tantas veces lo hizo en su cama, rogándole a sus fantasmas y viejas rosas con un murmullo casi inexistente, que la vida la había encontrado sostenida donde no debía, donde iba a desarmarse sin llanto alguno. Los encontró, esta vez, algo más viejos, algo más deshonrados, casi muertos desde ayer. ¿Qué era el ayer? Un ruido de máquinas, del auto viejo yéndose por ese camino ajeno a la razón.
"¿A qué vienen?", preguntó ilusionada, pero entonces todo se volvió negro y triunfó el poder de sus pasiones ante el asombro de los asistentes. No podía contener más la ira de haber perdido, de haberse dejado llevar por la razón. "NO PUEDO MÁS", gritó y aniquiló los sueños de sus sueños, perdió las sombras que llevaba en su pañuelo, y comenzó a navegar por los suelos de aquellos orígenes rojos y llenos de dolor. No se pudo.



lunes, 12 de diciembre de 2011

Caer cocida al mundo rodeado,
de esmeraldas y pañuelos una vez más,
el hueso que te aniquila las pasiones,
mientras vuelves a caer, sin volver a saber.

domingo, 17 de julio de 2011

Silencio, grita el canto más bello.

Caían y no caían las golondrinas, se alzaban como pidiendo una huída de aquel árbol maligno de la soledad. Estaban y no estaban, ganaban tiempo que perder, como suspirando la llegadadel cielo que tocaba los acordeones de un viento tan frágil....tan frágil que nadie había logrado verlo.
Violines se erguían como dos grandes estelas de mar abierto, como logrando que la noche volviera a ser el día; y claro, tocaban llamando a las golondrinas...tan ciertas y dispuestas, mas acongojadas en aquel mundo tan bello.
Faltaba  el artífice del mundo eterno, ¿a qué lugares lograrían huir? ¿qué estancias eran las debidas para poder consolar la soledad de aquel piano tan viejo?
"¡Somos esto y mucho más!¡Somos la lluvia enamorada, escapando de la máquina de trillar del oro de aquellos hombres!¡Somos las estrellas más queridas del mundo!". Así intentaban convencer a la soledad de que su presencia era sólo un ancho y gran misterio, y que debía migrar hacia los parajes de la maldad de aquellas mujeres. Mujeres que maltratan la conciencia, y te afirman la tristeza tanto como un beso girando en el viento hacia la urgencia de la mirada.
¡Enciendan el viento de aaquel fuego sin uso! ¡Hoy encontraremos la felicidad! Flores del recorrido ue perdía el tiempo al jugar en aquel puente de papel, como si los pequeños soldados de tu consciencia volvieran para despertarte en aquel día, con aquella fotografía de la niña que ya no aguantaba un segundo por saltar hacia el infinito.
Somos un misterio súblime, las golondrinas descorazonadas con el alma intacta. Somos aquella casa que se levantaba en los árboles que luchaban por escalar hacia el mismísimo cielo. "¡Somos, somos!"
Espacios congelan el tiempo que se desplaza entre tus hombros, y las palomas se sobresaltan al sentir el aullido del silencio que no cesa su canto tan gigante y tan absoluto. Silencio respóndeme. Soledad, no me encierres. Cae el agua entre los pies de los actores, de la novia con su vestido desgarrado por las miserias del futuro sin el precendente del oro sigiloso; y el hermano que descorazona sus zapatos para dejar el alma, a pesar del dinero. 
Futuro es el amor, el dolor que muerde la piel y desentona con la voz propia. Desentonación, desaparición.
Y la danza que comienza esperando el grito del silencio.



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Volvían a sonar como las olas del piano que jamás dejó de tocar, giraban como cuando la multitud pedía la justicia a manos llenas; volvíamos a conocer el inicio de nuestros días;  y el recuerdo imborrable de aquella sala de clases que desaparecía c a ratos...tan maligno como el aire del día en que decidí llegar a ella. ¡Se irían! ¿Y qué más me quedé esperando aquel día? Claro, el llanto de saber que nada había sido correcto en la latitud de la valentía
"No puedes sentir odio, recuerda, son tus hermanas." Hermanas escondidas en la propia sonrisa. Y la tristeza que se llevaba el idioma del mundo feliz. Y claro, jamás pude odiar, no estaba en mi corazón. "No soy así" me dije tantas veces.
Y a nadie le importaba.
Volvían a esconderse como las palabras que derrocan los pensamientos con una sola partida de entusiasmo, como si el propia Borges no hubiera entrado al laberinto de la historia más bella de mi nombre absoluto; del mundo en una sola prosa. 
Persiguen, persiguen, muerden, muerden, atrapan, atrapan, y no vuelan jamás. Ahí están, se cuelan como seres infinitos de la esperanza más muerta de la miel asesina. Persisten con cada aparición de aquello ojos, que recuerdan a las reinas del mundo sin terminar, de aquel lugar que jamás se irá.
Yo también tengo un límite, pero no sé en que lugar encontrarlo.
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Sigo sin entender, la tristeza me cegó para siempre. Y con cada aparición, me estalla el corazón en pedazos de vidrio sin enterar.
"Recuerda que puedes atraparte a tí misma" ¿Y a quién le hago daño sino que a mí misma? Verifiqué las importancias de una mente que tenía recuerdos en blanco; probé el alma mil veces por minuto y funcionaba. Y hoy, ellas me encienden la sinrazón a más de dos mil veces por segundo. ¿Y qué puedo hacer yo? "Escribe hija mía, que el oro está en la cúpula de los ciegos que tocaban el piano...como cuando eras pequeña. Atraviesa los horizontes y deja latir el corazón, que para eso lo entregastede la forma más bella de todas" "¿Y qué hago con todo eso? ¡No puedo siquiera dormir!¡Y nadie comprende el verdadero dolor!" "No necesitas que nadie lo entienda, se desvanecerá con tus pesadillas, con el animal que te aplastaba la espalda y te buscaba por aquel bosque hasta dejarte sin una gota de sangre" "¿Y mientras tanto?" "Pues....escribe."