domingo, 17 de julio de 2011

Silencio, grita el canto más bello.

Caían y no caían las golondrinas, se alzaban como pidiendo una huída de aquel árbol maligno de la soledad. Estaban y no estaban, ganaban tiempo que perder, como suspirando la llegadadel cielo que tocaba los acordeones de un viento tan frágil....tan frágil que nadie había logrado verlo.
Violines se erguían como dos grandes estelas de mar abierto, como logrando que la noche volviera a ser el día; y claro, tocaban llamando a las golondrinas...tan ciertas y dispuestas, mas acongojadas en aquel mundo tan bello.
Faltaba  el artífice del mundo eterno, ¿a qué lugares lograrían huir? ¿qué estancias eran las debidas para poder consolar la soledad de aquel piano tan viejo?
"¡Somos esto y mucho más!¡Somos la lluvia enamorada, escapando de la máquina de trillar del oro de aquellos hombres!¡Somos las estrellas más queridas del mundo!". Así intentaban convencer a la soledad de que su presencia era sólo un ancho y gran misterio, y que debía migrar hacia los parajes de la maldad de aquellas mujeres. Mujeres que maltratan la conciencia, y te afirman la tristeza tanto como un beso girando en el viento hacia la urgencia de la mirada.
¡Enciendan el viento de aaquel fuego sin uso! ¡Hoy encontraremos la felicidad! Flores del recorrido ue perdía el tiempo al jugar en aquel puente de papel, como si los pequeños soldados de tu consciencia volvieran para despertarte en aquel día, con aquella fotografía de la niña que ya no aguantaba un segundo por saltar hacia el infinito.
Somos un misterio súblime, las golondrinas descorazonadas con el alma intacta. Somos aquella casa que se levantaba en los árboles que luchaban por escalar hacia el mismísimo cielo. "¡Somos, somos!"
Espacios congelan el tiempo que se desplaza entre tus hombros, y las palomas se sobresaltan al sentir el aullido del silencio que no cesa su canto tan gigante y tan absoluto. Silencio respóndeme. Soledad, no me encierres. Cae el agua entre los pies de los actores, de la novia con su vestido desgarrado por las miserias del futuro sin el precendente del oro sigiloso; y el hermano que descorazona sus zapatos para dejar el alma, a pesar del dinero. 
Futuro es el amor, el dolor que muerde la piel y desentona con la voz propia. Desentonación, desaparición.
Y la danza que comienza esperando el grito del silencio.



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Volvían a sonar como las olas del piano que jamás dejó de tocar, giraban como cuando la multitud pedía la justicia a manos llenas; volvíamos a conocer el inicio de nuestros días;  y el recuerdo imborrable de aquella sala de clases que desaparecía c a ratos...tan maligno como el aire del día en que decidí llegar a ella. ¡Se irían! ¿Y qué más me quedé esperando aquel día? Claro, el llanto de saber que nada había sido correcto en la latitud de la valentía
"No puedes sentir odio, recuerda, son tus hermanas." Hermanas escondidas en la propia sonrisa. Y la tristeza que se llevaba el idioma del mundo feliz. Y claro, jamás pude odiar, no estaba en mi corazón. "No soy así" me dije tantas veces.
Y a nadie le importaba.
Volvían a esconderse como las palabras que derrocan los pensamientos con una sola partida de entusiasmo, como si el propia Borges no hubiera entrado al laberinto de la historia más bella de mi nombre absoluto; del mundo en una sola prosa. 
Persiguen, persiguen, muerden, muerden, atrapan, atrapan, y no vuelan jamás. Ahí están, se cuelan como seres infinitos de la esperanza más muerta de la miel asesina. Persisten con cada aparición de aquello ojos, que recuerdan a las reinas del mundo sin terminar, de aquel lugar que jamás se irá.
Yo también tengo un límite, pero no sé en que lugar encontrarlo.
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Sigo sin entender, la tristeza me cegó para siempre. Y con cada aparición, me estalla el corazón en pedazos de vidrio sin enterar.
"Recuerda que puedes atraparte a tí misma" ¿Y a quién le hago daño sino que a mí misma? Verifiqué las importancias de una mente que tenía recuerdos en blanco; probé el alma mil veces por minuto y funcionaba. Y hoy, ellas me encienden la sinrazón a más de dos mil veces por segundo. ¿Y qué puedo hacer yo? "Escribe hija mía, que el oro está en la cúpula de los ciegos que tocaban el piano...como cuando eras pequeña. Atraviesa los horizontes y deja latir el corazón, que para eso lo entregastede la forma más bella de todas" "¿Y qué hago con todo eso? ¡No puedo siquiera dormir!¡Y nadie comprende el verdadero dolor!" "No necesitas que nadie lo entienda, se desvanecerá con tus pesadillas, con el animal que te aplastaba la espalda y te buscaba por aquel bosque hasta dejarte sin una gota de sangre" "¿Y mientras tanto?" "Pues....escribe."